Al norte de Cancún, encontramos la isla de Holbox, de apenas 40 kilómetros de largo por dos de ancho. La magia de esta isla se esconde en sus más de 34 kilómetros de playa, su principal atractivo y gracias a su aislamiento, aún se conserva en estado semi virgen para el disfrute de cualquier visitante.
¿Y qué encontraremos en la playa de Holbox? Por supuesto todo el encanto de las playas caribeñas: amplias zonas de arena blanca, aguas poco profundas de azul cristalino y muchas palmeras que ofrecen cobijo cuando más aprieta el calor. Pero lo que realmente hace especial a estas aguas es su infinita diversidad de fauna marina debido a que en este punto de la geografía mexicana se juntan las aguas del Golfo de México con las del Caribe, favoreciendo así la presencia de: tiburones, mantarrayas, delfines, langostas, peces de todos los colores… en definitiva, una rica vida submarina digna de ser descubierta practicando snorkel o en una excursión de submarinismo. Y de entre todos los animales los máximos protagonistas son los tiburones ballena que suelen congregarse en esta isla entre junio y septiembre, permitiendo que los visitantes se den un baño con ellos, pues son animales muy dóciles.
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