Uno de los grandes privilegios de los que goza Riviera Maya es que encontramos esparcidos por toda su geografía cientos de cenotes que le dan un carácter único a este paisaje. Los cenotes son hoyos o cuevas que dan entrada a ríos y lagunas subterráneas, creando así entramados subterráneos complejos que son un gran atractivo para los amantes del submarinismo. Dependiendo de las dimensiones, es posible visitarlos e incluso darse un chapuzón y probablemente, esta sea una de las actividades más originales que podrás vivir en Riviera Maya.
De entre todos estos cenotes, destaca el Gran Cenote, a poco más de tres kilómetros de Tulum, un lugar tropical estupendo para darse un chapuzón en plena selva. Aquí las aguas cristalinas se ven iluminadas por la luz natural del exterior, perfecto para poder practicar algo de snorkel y investigar las profundidades que alcanzan los diez metros o simplemente admirar las curiosas estalactitas y estalagmitas.
Otro cenote muy próximo, en la misma zona de Tulum, es el Cenote de los Dos Ojos, pero en este caso, nos encontramos ante una excursión sólo apta para los más intrépidos. Este lugar se caracteriza por formar parte de un conjunto de más de 60 kilómetros de cuevas submarinas (una de las más grandes del mundo), pero el Cenote Dos Ojos sólo es una pequeña parte que debe su nombre a las dos pozas que dan al exterior conectadas por un túnel de 400 metros. Aquí, más allá de un chapuzón, se invita a recorrer estas galerías repletas de estalactitas y estalagmitas y algún que otro pez practicando submarinismo. Estas excursiones ofrecen todo el equipamiento y se realizan en grupos reducidos de cuatro personas y acompañadas de un guía. La claridad de las aguas, además de cálidas, harán que este paseo de lo más agradable y más, si es en un lugar tan insólito como esta cueva subterránea.
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