En el extremo oeste de Ibiza nos encontramos con Sant Antoni de Portmany. Una de las primeras zonas turísticas de la isla que a medida que pasaban los años, más crecía su fama en cuanto a lo turístico se refiere. Es uno de los puntos ibicencos donde más bonitas puestas de sol se pueden disfrutar, además, toda su costa está plagada de pequeñas calas y playas de aguas turquesas y cristalinas de muy fácil acceso, lo que lo convierte en el enclave ideal para unas vacaciones cómodas y encantadoras sin necesidad de salir del municipio. La oferta gastronómica de este pequeño pueblo ibicenco no se queda atrás, cuenta con todo tipo de restaurantes de cocinas del mundo, además de lugares clave para degustar la auténtica cocina ibicenca. La oferta de ocio es de todo tipo, cuenta con algunos de los clubs de más renombre en la isla y lugares magníficos donde acompañar la puesta de sol sobre el mediterráneo con un buen cocktail.
En Sant Antoni de Portmany el mar siempre está presente con su imponente bahía. Dada su situación, características y condiciones climatológicas, ésta se convierte en un lugar ideal para la práctica de cualquier deporte náutico. En las proximidades al puerto y a lo largo del paseo marítimo existen varios centros de buceo, escuelas de vela y empresas de alquiler de barcos, excursiones y actividades acuáticas. Además, podrá llegar a los lugares más increíbles de la costa de Sant Antoni. El Paseo Marítimo es un punto de salida de ferries que diariamente acuden a las diferentes playas de Ibiza como Cala Salada, Port des Torrent, Cala Conta o Cala Bassa y/o pasar un fabuloso día en la isla de Formentera.
Pero, aunque el rostro más conocido es la Bahía de Sant Antoni, también forman parte del municipio los pueblos de Sant Rafel, declarado ‘Zona de Interés Artesanal’; Sant Mateu, conocido por su elaboración de vino y Santa Inés con un singular valle colmado de almendros.
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